La economía colaborativa consiste en la transferencia temporal del uso de productos que se prestan, intercambian o comparten. Ocurre tanto en el ámbito privado como en el empresarial.
El impacto medioambiental de compartir, alquilar o intercambiar desde el ámbito de la economía colaborativa, se considera sobre todo desde una perspectiva de sostenibilidad y se asocia a una reducción del consumo de recursos y a una mayor eficiencia de los mismos.
Así que, ¡vamos a descubrir más sobre la sostenibilidad de la economía colaborativa!
¿Qué es la economía colaborativa?
El término economía colaborativa se refiere al préstamo sistemático y la transferencia mutua de bienes:
- tangibles: objetos, locales, etc…
- intangibles, por ejemplo, conocimientos.
La economía colaborativa ha alterado ya el funcionamiento de muchas industrias tradicionales y se espera que siga creciendo.
Las empresas de sharing tienen cuatro características en común:
- son plataformas digitales que permiten las transacciones offline entre usuarios.
- permiten las transacciones peer-o-peer, en las que tanto proveedores como consumidores son en su mayoría ciudadanos de a pie o microempresarios, y no grandes empresas o corporaciones.
- se basan en el acceso temporal más que en la propiedad
- proporcionan acceso a oportunidades físicas o humanas no utilizadas, por ejemplo, una habitación vacía, un coche o asiento aparcado, una barbacoa, las habilidades, el talento personal o el tiempo de alguien.
También puedes leer nuestro artículo sobre qué es la economía colaborativa para obtener más información al respecto.
Características básicas de la economía colaborativa
Las características más importantes que promueven la tendencia de la economía colaborativa son:
- Aumento de la digitalización: apps, internet móvil y las plataformas de las redes sociales actúan como mercados en línea para un intercambio más eficiente.
- Cambio de valores y preferencias de consumo.
Los conceptos o modelos de negocio de la economía colaborativa son, por ejemplo:
- Transporte compartido – movilidad (BlaBlaCar, Turo)
- Intercambio de tutores – conocimientos (Superprof)
- Intercambio de bienes – alquiler (Peerby)
- Compartir alojamiento – alojamiento (Airbnb, Homeaway, Couchsurfing)
- Compartir servicios – envíos (Piggybee)
Aquí puedes encontrar empresas pioneras en la economía participativa.
¿Qué impacto ambiental tiene la economía colaborativa?
La economía colaborativa tiene el potencial de reducir el impacto medioambiental:
- Reducción significativa del consumo de materiales y recursos.
- Menor consumo de agua en algunos casos.
- Reducción del uso de suelo para construcción, por ejemplo, menos edificios hoteleros debido a un uso más intensivo de las ofertas de AirBnB o Couchsurfing.
Cambio en las condiciones básicas de producción y consumo
Compartir también es un aspecto importante en el contexto de la educación para el desarrollo sostenible, ya que sólo el conocimiento de la existencia de formas alternativas de uso y de los efectos asociados a ellas proporciona una buena base para la toma de decisiones a la hora de elegir entre diferentes alternativas de consumo.
Para los proveedores de las empresas de sharing, la prioridad de un bien o servicio es el beneficio real y no su posesión.
Desde el punto de vista del usuario, esto se traduce en diversas ventajas que en su mayoría tienen una motivación económica, pero que también pueden tener motivos ecológicos y sociales.
La estructura de la oferta es diversa e incluye tanto modelos consolidados como ofertas muy especializadas, como el alquiler de bolsos de lujo, herramientas o incluso el propio sofá del salón como alojamiento.
A partir de los procesos de transformación social y tecnológica, las opciones de alquilar, intercambiar y compartir se multiplican a gran velocidad. A menudo se apoyan en las redes sociales o directamente, éstas los hacen factibles.
Además, las plataformas de internet ofrecen a una gran variedad de grupos de actores la oportunidad de participar en estos procesos y cambiar las condiciones básicas de producción y consumo.
Impacto medioambiental de ….
Transporte compartido
Debido a la complejidad de este nuevo segmento de la industria, es difícil evaluar plenamente el impacto medioambiental de la economía del viaje o transporte compartido. Pero tiene sus ventajas:
- Se consiguen potenciales de eficiencia energética y de recursos considerables gracias a los menores valores de consumo y emisiones de los vehículos de transporte compartido, como los coches o los aviones.
Esto se debe principalmente a que la mayoría de los vehículos de transporte compartido son de baja potencia y tecnológicamente nuevos, pequeños o microcoches.
- Los servicios de coche compartido pueden contribuir a aliviar la situación del tráfico.
- Los estudios parten de la base de que, por cada vehículo de uso compartido, se pueden sustituir de cuatro a ocho vehículos y los usuarios correspondientes pueden renunciar a menudo a la compra de un coche privado o se pueden eliminar los segundos coches.
Por tanto, una posible reducción del número de coches puede suponer un ahorro de emisiones, recursos y aliviar la presión sobre las zonas de transporte público.
- El car sharing basado en estaciones de carga tiene un enorme potencial para promover la electromovilidad a través de estas estaciones e integrarlo en las rutinas diarias de los usuarios.
Alojamiento compartido
El alojamiento en casas particulares a través de Airbnb y otras iniciativas similares puede:
- Conducir a menores emisiones de CO2, ya que estas propiedades pueden generar menos emisiones que los hoteles;
Esto se debe a que los hoteles suelen tener instalaciones que consumen más energía, como bares, restaurantes, piscinas y operaciones de 24 horas.
- Ayudan a producir menos agua y residuos que el alojamiento en un hotel.
Un estudio encargado por Airbnb descubrió que el consumo de energía de sus usuarios se reducía en al menos un 88% en comparación con los huéspedes de un hotel.
- Reducir la demanda de nuevos hoteles a largo plazo.
Esto bajará las emisiones de CO2 y la contaminación local derivada del proceso de construcción y de la producción de materiales de construcción, así como la generación de residuos de materiales sobrantes, etc.
Compartir bienes
Varias iniciativas de economía compartida reúnen a la gente para alquilar diversas cosas pequeñas, como herramientas, ropa, etc.
Este concepto de compartir también puede conducir a una reducción de las emisiones.
Las herramientas privadas sólo se utilizan ocasionalmente. Por ejemplo, según un estudio, un taladro eléctrico sólo se utiliza unos 18 minutos durante su vida útil.
O, por ejemplo, si un vestido que debe usarse seis veces para luego tirarlo a la basura se recicla varias veces, esto podría ahorrar algunas emisiones de CO2 o reducir la compra de ropa nueva.
Servicio compartido
Existen empresas de economía colaborativa que prestan servicios de correspondencia como el transporte de pequeñas mercancías, recados, servicios de limpieza, pintura, jardinería, mantenimiento, etc.
Su impacto medioambiental depende en gran medida de si los servicios pueden prestarse a distancia o requieren la presencia del usuario para su prestación.
El impacto de estos servicios compartidos en el medio ambiente depende de si el proveedor conduce más y de cuál sea la alternativa a la prestación del servicio.
Conclusión
El modelo de economía colaborativa se basa en valores como la sostenibilidad, la ética y la distribución de la riqueza entre todos los miembros. Este sistema requiere un cierto nivel de confianza en:
- la idea;
- la plataforma de productos y servicios;
- el usuario para funcionar.
A largo plazo, el efecto de las iniciativas de economía colaborativa puede ser algo diferente al actual. Por ejemplo, las iniciativas de compartir coche podrían formar parte de un sistema de transporte intermodal integrado.
Un uso más eficiente de los recursos a través de la economía compartida también puede contribuir a los beneficios ambientales, pero esto está lejos de ser obvio a menos que las emisiones se regulen adecuadamente a través de los impuestos, el comercio de emisiones o similares.
La economía compartida tendrá un impacto en el medio ambiente, y su potencial dará lugar a varios cambios en la forma en que las personas utilizan los bienes y servicios.